En Apocalipsis 3, la escritura dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo". Señor, estoy a la puerta y llamo para oír tu voz y para que entres en mi casa y cenes conmigo y para que yo esté contigo y tú conmigo.

Que la luz eterna de la victoria de tu Cruz me guíe cada día por el poder de tu misericordia para sanar, para guiarme con esperanza y renovarme en la alegría de tu esperanza que es amor'.

"Hijo mío, sólo deseo darte lo que es bueno, lo que es esperanzador. Y al hacerlo, deseo que multipliques mis bendiciones. Deseo que las multipliques en el amor. Que la luz eterna de mi Cruz sea tu fuerza y tu alegría. Que la luz eterna de mi misericordia os dé fuerza".

Señor, ya estoy aquí en México. Que me des la fuerza en estos próximos días para cumplir tu misión con amor y con la esperanza de todo lo bueno'.

"Confía en mí, hijo mío. Confía en mí y yo te guiaré. Y conocerás mi amor porque yo estaré en ti y tú estarás en mí".