Jesús dice, "Hijo mío, mi corazón es para tu corazón y te guiaré en mi misericordia. Permíteme mostrarte el camino, el sendero de la luz de mi Cruz. Entrega tu corazón a mi misericordia, hijo mío".
Señor mío, purifícame, santifícame con toda palabra de amor. Llévame a nuevas alturas de gloria dentro de tu corazón'.
"Hijo mío, cuando me recibas hazlo con el corazón abierto de amor y te llenaré de mi palabra de luz eterna".
En Lamentaciones 3, la Escritura dice: "El Señor es bueno con los que le esperan, con el alma que le busca"'.
"Sí, hijo mío, recibe mi corazón para mi gloria y confía sólo en mí. Háblame sólo a mí y yo te guiaré".
Sí, mi Señor, lo entiendo.
"Sí, hijo mío, confíamelo todo y te mostraré la gloria de mi camino".
'Tómame como deseas ahora. Guíame, Señor, en tu misericordia'.