María dice"Mi querido hijo, en este hermoso día que Dios ha dado para la gloria de sus hijos, te pido que me honres ofreciendo tu corazón y tu alma en este momento al corazón y al alma de mi hijo Jesús, para que te unas a él en el amor por la gloria y la esperanza de realizar esta obra en Ecuador para sus hijos.
Hijo mío, te he enviado a esta hermosa tierra para que tu corazón se realice, y en aquellos con quienes te encuentres, para que también sus corazones se realicen. Que el amor te guíe en su misericordia y compasión, hijo mío.
Y que Dios te guíe en la esperanza y en el trabajo duro, ofreciendo tu corazón diligentemente a los corazones de los necesitados. Que tu corazón no descanse de trabajar para Dios y para su gloria. Porque todo trabajo hecho en la excelencia del amor se cumple para su gloria, y él os sonreirá como os ama.
Te agradezco que te hayas hecho presente. Sigue sonriendo con alegría y te guiaremos".