JESÚS: Ven, ven a la santidad de mis brazos. Ven y permíteme consumirte con la gloria de mi amor divino. Gracias por buscar la mano a la que deseo conducirte. La encontrarás en mi corazón a través de la oración. Yo te guiaré, pues este es mi deseo. Confía en la gloria de mi palabra para guiarte en todos los asuntos.
Ven y toma mi mano. Permíteme guiarte como deseo dentro de la alegría de mi corazón. Siempre estoy contigo y tú eres mi amor. Confía en el amor que tengo para ofrecerte. Deseo que descanses dentro de mi corazón y recibas diariamente la alegría de mi amor. Busca sólo y siempre orar. Reza, reza, reza para que tu corazón sea siempre libre.
Te quiero. Te amo. Permite que la alegría de mi corazón te consuma. No tengas miedo. No temas porque siempre estoy contigo. Confía en la alegría y la gloria de mi corazón para guiarte. Sé que te emocionas y te alegras por las posibilidades y los sueños, por las bendiciones de tu vida, pero confía en mí para que te guíe.
No permitas que Satanás te haga emocional acerca de tu vida porque no es tu vida, sino mi vida para darla de la manera que yo desee si verdaderamente eliges seguir mi voluntad cada día al entregarme tu pequeño calor.
Ven mi amor sé paciente y confía en que te estoy guiando como deseo. Confía en las alegrías eternas de mi palabra para fortalecer tu corazón diariamente en el amor. Estate en paz. Estate siempre en paz y vive en mi corazón para siempre.
GREGORY: Sí, Señor mío, qué debo hacer ahora, pues estoy tan alegre pensando... que no puedo descansar y debo despertarme por la mañana.
JESÚS: Gregorio, confía en dónde te tengo ahora en este día. No busques más vivir para mañana. Planea dentro de mi corazón mientras te guío en oración. Quédate quieto y escucha la soledad de mi voz que te guía. Quédate en paz.