Señor mío, te doy gracias por tu amorosa misericordia y bondad para conmigo, por haberme librado de tantos peligros, de los ataques de las tinieblas y del mismo maligno. Te doy gracias por estar siempre presente para amarme y protegerme, guiarme, fortalecerme, mostrarme tu camino y ser mi luz'.
Ahora tengo una visión de Jesús. Aparece ante mí vestido de blanco, con una gran luz dorada que emana en forma de rayos del centro de su cuerpo, de todo su ser. Y puedo sentir la presencia de su amor penetrándome.
'Oh Señor mío y luz mía, tómame como deseas en este día. Guíame en tu misericordia'.
"Sí, hijo mío, levántate y muévete para mi gloria. No permitas que el enemigo te mantenga estancado del Espíritu de mi amor. Sí, déjanos guiarte en mi esperanza misericordiosa y estarás en paz y recibirás felicidad y alegría por todo lo que deseo dentro de tu corazón según mi voluntad, hijo mío.
Sí, déjame tomarte como deseo este día y déjame guiarte en mi misericordia".
Sí, mi Señor, tómame como desees. Y te doy gracias por todo lo que has hecho por mí. Te pido que tu paz y tu alegría consuman mi corazón y me guíen en cada decisión, en cada acto y en cada palabra. Te pido fuerza y valor en todas las cosas. Te pido que el amor de tu corazón consuma mi corazón con paz, Señor, y con gran confianza en tu misericordia.
Te pido también, Señor, por mis hermanos y hermanas necesitados de esperanza, tristes, temerosos, oprimidos, enfermos, moribundos, indigentes, que no saben qué hacer. Escucha el grito de mi corazón por ellos, para llevarles alegría.
Y Señor, que no te falle en servirte con gran compasión en el amor de tu misericordia hacia los demás. Sí, ser siempre compasivo y misericordioso con mis hermanos y hermanas. No juzgar, sino amar; no temer lo que puedan pensar de ti en mí, sino actuar contigo en mí.
¿Qué puedo decir, Señor mío, Dios mío, esperanza y salvación mía? Pero tómame como tu deseo en este día y que pueda esperar en la victoria del amor, el amor de tu resurrección. Vive con la vida del Espíritu dentro de mí'.