GREGORY: En nombre del amor, damos amor. Nos fundimos en la tierra, en la humildad y luego nos elevamos para tocar el sol, para atrapar el viento con el alma y volar más allá del conocimiento de nosotros mismos.

Nos elevamos a un estado de pureza y gracia, dejando nuestros corazones llenos de la alegría y el éxtasis de la salvación.

No somos diferentes de los demás seres, nuestros hermanos y hermanas necesitados del amor de Dios. Todos buscamos el amor, el amor de nuestro Creador, que nos ha dado la vida, conduciéndonos a estanques de nueva esperanza, a arroyos de vida nueva en las aguas de su sangre misericordiosa. Nos llenamos del amor del único y verdadero amor. Nos unimos por la esperanza y la pasión de Cristo, que se entregó por la victoria del amor.

Oh amor mío, que mi corazón esté tan lleno de las gracias de tu eterna misericordia que me sostengan en las alegrías y en los sufrimientos de la vida. Sólo espero vivir dentro de los sueños de la voluntad de tu corazón. Que te ame siempre en la paz, en la misericordia de tu Cruz al buscar el perdón de cada pecado.

JESÚS: Gracias, Gregorio. Siempre me complace y agradezco en la humildad del amor recibir tu corazón con palabras de amor para mi corazón.

Ven y toma mi mano porque deseo que descanses pacífica y amorosamente entre mis brazos, un lecho de rosas celestiales perfumado con los pétalos de la gracia para llenar tu corazón con la alegría de la paz al descansar en mí, tu único y verdadero amor.

GREGORY: Jesús, yo sí te amo. Sí quiero complacerte en todo, levantando tu corazón de cualquier tristeza. Muchas veces siento que no amo lo suficiente y entonces Tú me enseñas a amar aún más. Ayúdame a recibir la alegría de tu amor sin el temor de lo que vendrá.

JESÚS: Descansa en la paz de mi amor. No permitas que ningún pensamiento te distraiga en la oración. Mantente centrado en mi corazón en la oración. Permanece concentrado en la alegría y el amor de mi presencia. Ya que no tienes rosario, medita con tus dedos el camino de mi pasión.