Mi querido Señor, ven y consúmeme en tu amor porque te necesito tanto. Y esta prueba ya ha pasado dentro de mí'.
Jesús dice ahora, "Hijo mío, todo lo puedo. Recuerda que nada es imposible para mí. Puedo mover la tierra y puedo mover los vientos. Muevo los mares y la noche. Y hoy tengo la capacidad de moverte a donde yo quiera, según mi camino y según la santidad de mi palabra que es la verdad.
Recuerda en tus batallas que una vez te dije que serías como un pajarillo en la ladera de una montaña, sin nada más que una ramita en la que apoyar tus pies, y entonces yo levantaría tus alas y te llevaría gloriosamente adonde yo deseara. Esa ramita pequeña y quieta está dentro de mi corazón y te proclama un nuevo día de amor. Concéntrate en nada más que en mi amor. Y levantaré tus alas en la gloria del amor por los corazones de mi pueblo.
Tu fuerza está en mí. Está en mi amor, en estos momentos de luz que llenan tu alma, que llenan esta habitación como una cámara de salvación eterna en la tierra.
Sí, te llevaré cada día a nuevas alturas de amor y verás como nadie según mi corazón. Y te guiaré en la esperanza de mi misericordia para defenderte e ir delante de ti".
'Te amo, mi Señor, te amo. Tómame como desees. Y que esta cámara de amor eterno llene siempre mi alma'.