El Salmo 27 dice: "Espera en el Señor, ten ánimo y él fortalecerá tu corazón. Espera, digo, en el Señor".
'Oh Señor, te ruego que seas valiente para que fortalezcas mi corazón y pueda seguir el camino de la luz eterna de tu Espíritu para esperarte.
Señor, si quieres que vaya a Italia, a Roma y a Asís, a visitar a Carlo y a su madre, espero que me abras el camino para ir con gratitud y amor, como lo he preparado todo. Ahora eres tú quien debe llevarme allí".
"Hijo mío, estoy contigo y es mi deseo. Quédate en paz y yo te ayudaré. El enemigo intenta oponerse a ti. Mantén tus ojos y tu corazón fijos en mí y cumple todo con alegría. No temas ir solo, pues yo te he conducido hasta allí y estoy contigo. Yo caminaré contigo y seré tu luz, tu esperanza y tu paz. Confíame tu corazón y yo te guiaré".
Sí, mi Señor.
"Hijo mío, no te ocupes de nadie más que de mí y yo te guiaré".