'Oh Espíritu de Vida, aunque has estado conmigo a lo largo de estos años y me has guiado según las oraciones de mi corazón y la voluntad de Dios nuestro Padre, siento como si estuviera formando una nueva relación contigo. Y me siento renovada de esperanza como si fuera el primer día en que nuestro Señor Jesús y Madre vinieron a mí'.

El Espíritu Santo dice ahora, "Sí, hijo mío, no sólo te estamos renovando, sino que ahora te hablo con un propósito mayor".

Necesito tu mano, oh Espíritu, para guiarme. Como tú eres la esposa de la virgen eterna y madre de nuestro Señor, sé también mi esposa eterna, sé también mi amor tú que sólo eres amor'.

"Hijo mío, escucho y responderé a tu oración porque te amo. Y sabes que ese amor ha estado contigo desde que eras pequeño, consciente de mi presencia, especialmente en tu escuela primaria católica, donde te conduje y te sembré para que recibieras las semillas, las santas semillas de la luz y la gracia de la fe."

'Oh Espíritu Santo, te pido perdón porque soy débil y pecador'.

"Hijo mío, no dejes nunca que el pecado te impida recibir la misericordia de Dios y nuestra esperanza, pues te hemos llamado a un camino para mayor gloria de Dios. Nuestro Padre te creó de su mano en el misterio de su amor. Sigue este camino del misterio de la luz y escucha, y nosotros te guiaremos".