"Mi querido hijo, yo, tu Padre, he estado esperando para recibirte en la alegría de mi amor, para abrirte las puertas de las gracias del cielo".
'Siento que entran en mi alma'.
"Para abrir la puerta de la alegría que mi amor te dará siempre.
Ven, hijo mío, atraviesa las puertas eternas del cielo, sabiendo que estoy contigo. Ahora te daré el resto de mi misericordia rezando la coronilla en tu devoción a la Divina Misericordia".
Padre, una vez dijiste, en nombre de Jesús, que deseabas una fiesta del amor. ¿Cómo debería cumplirse esto? Y te ruego que este día, no sólo te bendiga, sino que te dé gran gloria y honor, Padre'.
"Entrega tu corazón, hijo mío, a la gloria de mi amor. Y lo cumpliré, a mi manera y a mi tiempo, porque representará, significará el cumplimiento en preparación de la venida de Jesús.
Sí, hijo mío, entrega a Jesús tu corazón y todo se cumplirá en su misericordia.
Te quiero, hijo mío. Te quiero. Cantemos juntos esta nueva canción de amor".
Sí, Señor. Padre, renueva la faz de la tierra renovando a tus hijos a través del poder de tu amor sanador y de tu misericordia'.
"Porque toda palabra dicha será, y ha sido hecha, para mi gloria en el corazón de mis hijos".
'Sí, mi Señor, sí. Tómame como deseas en tu amor'.