"Mi querida hija, mi gloria es para todas las almas y la misericordia de mi amor les extiendo desde dentro de mis manos crucificadas en la Cruz, para la redención de la humanidad, de todos mis hijos a quienes llamo a mi misericordia.
Sí, regocíjate, regocíjate en mi amor misericordioso que te llevará dentro de mi corazón para siempre, para que me conozcas, confíes en mí y me ames.
Sí, hijo mío, te llamo a la alegría de mi amor misericordioso y a mi paz que reinará siempre en ti para gloria de la esperanza de mi Padre, que te conduce en el amor por la redención de sus hijos.
Sí, hijo mío, por la luz eterna y la redención de mi amor. Ven y toma mi mano, y recorramos juntos este camino de la vida en la esperanza y en la misericordia de mi Cruz."