'Mi querido Señor, te doy gracias por la alegría del amor que me has dado por los corazones de tus hijos y la gran alegría que recibo al estar con ellos. Oh Señor mío, no hay nada igual en esta tierra. Y llena hoy mi corazón con el amor del cielo, para que pueda remontarme con las alas de los ángeles, con las alas de las águilas, para que pueda remontarme a las alturas de tu luz celestial.
Oh, te alabo, mi Señor. Te alabo y te doy gracias por todo lo que has hecho por mí.
Sí, te doy gracias por sus corazones y te pido que los cuides y los protejas. Te doy gracias por toda la alegría y me regocijo en ti. Te pido amarte sólo a ti y habitar en tu casa para siempre.
Sí, Señor mío, sáname de mis temores, fortaléceme en mis debilidades, guíame cuando esté ciego para que pueda ver'.
Jesús responde, "Descansa ahora, hija mía, descansa en la gloria de mi amor. Y te agradezco que hayas venido a mí esta noche.
Te quiero y siempre estoy contigo".