"Mi queridísimo hijo, permíteme llevarte cada día a nuevas alturas en mi amor, a nuevas alturas en mi gloria para que toques el corazón del cielo unido a mi corazón, para que vueles entre mis brazos de misericordia en espíritu para ofrecer misericordia a tantas almas en todo el mundo.
Sí, os llamo a proclamar un nuevo día de amor, a proclamar un día de arrepentimiento en preparación de mi Segunda Venida. Y lo que ya habéis presenciado, lo presenciaréis aún más buscándome para que os lleve a mayores alturas.
Sí, permíteme que te lleve como deseo en mi amor tomar tu mano y guiarte proclamando, sí, a mi corazón, un sí, para todas las almas necesitadas de mi misericordia y redención.
Te amo, te amo, déjame guiarte como yo deseo ver, como yo veo, conocer, como yo conozco, para que mi gloria se cumpla para gloria de nuestro Padre, por la de mi Santa Cruz y resurrección y por la redención y misericordia de mi amor para el perdón de los pecados. Buscando sólo amarme, adorarme y estar unido a mí.
Que la luz eterna de mi Cruz brille siempre en tu corazón".