Señor mío, en Mateo 7 dijiste: "Pedid y se os dará. Buscad y hallaréis. Llamad y se os abrirá la puerta". No te pido mayor amor que éste: amarte sobre todas las cosas y dar mi vida por mis hermanos y hermanas, seguirte con alegría y en la esperanza de tus misericordias para que me utilices como tu instrumento de amor, para hablar de amor.
Yo, pobre y débil pecador, sólo sé esto: que todas las cosas nos son dadas por ti, por el Padre, por nuestro Padre de amor. Por eso, te pido en tu misericordia que me consumas en tu amor, que me lleves a nuevas alturas en el misterio de todo lo que es bueno'.
"Ven ahora y descansa. Descansa en las misericordias de mi amor, hijo mío".
'Sí, oh amor mío, tómame como desees. Te pido una mayor disciplina de fe. Y en Espíritu, guíame, lléname, oh Señor, con tu Espíritu de Amor'.
"Oh hijo mío, descansa ahora. Descansa en la alegría y en la misericordia de todo lo que deseo darte".
'Señor mío, mi paz, mi esperanza, que se haga en mí lo que deseas. Lléname de tu bondad y de tu gracia'.