El Salmo 24 dice: "El que tiene manos limpias y corazón puro, que no ha elevado su alma a un ídolo, ni jurado con engaño". Señor mío, te ruego que mi corazón sea siempre limpio y puro para ti al hacer todo lo que es bueno con la sabiduría de tu Espíritu, con la caridad y la bondad de tu corazón, con la fuerza y el conocimiento de tomar tu mano y dejarme guiar por ti.'
El Señor Jesús dice ahora, "Hijo mío, no deseas recibir para ti, sino para tus hermanos y hermanas y a ellos les doy mi corazón. Les ofrezco la elección eterna de mi misericordia cada día para que crezcan en amor y fuerza en mí.
Sí, llamo a todos mis hijos a abrazarme, a abrazar mi corazón en la Cruz para que vuestros corazones sean liberados y vivan en la luz. Os espero en mi amor a cada uno de vosotros. Venid y permitidme que llene vuestro corazón de vida".
El libro de las Lamentaciones 3 dice: "El Señor es bueno con los que lo esperan, con el alma que lo busca". Vivan mis queridos hermanos y hermanas, que vivamos para buscarle de todo corazón'.