Nuestra Señora dice, "Hijo mío, reza y pide sabiduría a Dios, nuestro Padre, para que procures cumplir no tu voluntad, sino la gloria de su voluntad. Alégrate, hijo mío, porque Dios te guía. Y lo más importante es que estés abierto a su guía y obediente para hacer su voluntad amándole primero, amando a Dios, hijo mío.
Porque el camino de donde serás conducido será. Pero lo más importante es que estés con Él. Busca a Dios en este día en la gloria de su amor a través de la oración y recibiéndole, para recibir al Dios trino, la Santísima Trinidad, dentro de tu corazón. Descansa ahora, descansa".
'Te quiero, madre. Gracias.
"Sí, hijo mío, concéntrate en Dios. Búscalo primero hoy y no te preocupes por el mañana. Alégrate y entrégale tu corazón con amor y serás feliz y recibirás la paz. Reza por la paz, porque estamos contigo".