Como ahora estoy presente en Ecuador por primera vez y para mi futura misión aquí, estoy recibiendo un mensaje de Nuestra Señora con respecto a todos los trabajadores en el que ahora dice,
"Mi querido hijo, deseo bendecir el trabajo de mis hijos. Deseo bendecir a aquellos que desean trabajar en el nombre de Dios y en el nombre del amor y en la excelencia del amor. Y pido a Dios cada día por aquellos que luchan en su trabajo, por aquellos que perseveran en su trabajo, por aquellos que son ungidos en su trabajo por la mano de la providencia de Dios para guiarlos, fortalecerlos y darles poder a través del poder del Espíritu Santo.
Porque el trabajo es justo, el trabajo es verdadero y promueve los valores de la fe que deseo que mis hijos reciban en la virtud de la humildad, en la virtud de la esperanza de Dios y del amor de Dios por mis hijos.
Sí, mi mano está sobre todos mis hijos al orar por las bendiciones de Dios cada día al orar para que el amor de Dios se cumpla dentro de sus corazones."