"Hijo mío, el poder de la luz de mi Espíritu entra ahora en tu corazón y en tu alma. Que seas glorificado en mí, santificado por mi misericordia que te sostiene y te redime. Que vivas en la gloria de mi vida para siempre, en la esperanza que dice que siempre estoy contigo y que nunca te abandonaré.
Llama a tu prima Ramona de día y a tu primo Richard de noche para avisarles de que no volverás y que estén tranquilos".
Sí, mi Señor.
"Y estoy muy feliz de que hayas unido tu corazón a mí en el trabajo de estos mensajes dentro de tu alma para traerte a este lugar de amor dentro de mi corazón".
Señor mío, que la gloria de las estrellas y la luz que ahora brilla produzcan en mí los frutos de tu amor. Porque tú eres el Dios Todopoderoso, el Dios del universo, que nos has creado y formado por tu mano y a tu imagen. Tómame como quieras. Tómame en el amor".