Nuestra Señora dice, "Hijo mío, te llamo a la alegría de la primavera del amor de Dios dentro de tu corazón.

Sí, que las flores eternas de la luz florezcan dentro de tu alma y sean una luz para los demás. Estoy llamando a todos a la primavera de su amor cada día donde las glorias de las rosas del cielo florecen dentro de los corazones y las almas de aquellos que aman a Jesús.

Sí, alégrate, hijo mío, alégrate. Alaba a Dios por todo lo que ha hecho por ti y por ofrecer a mi hijo como sacrificio para el perdón de los pecados y la salvación de todas las almas."