Nuestra Señora dice, "Hijo mío, al proclamar la victoria de la Segunda Venida de mi hijo, recibirás las gracias y bendiciones necesarias para permanecer como hombre del amor de Dios, para llamar a todas las almas al arrepentimiento.
Sí, pronuncio ahora estas palabras que han callado durante más de 30 años para que se cumpla el corazón del amor de mi hijo. Y nuestra llamada para que se arrepientan y preparen sus corazones para la victoria eterna y final de su amor y la batalla entre la luz sobre las tinieblas.
Veréis como nadie en estos tiempos, como os dijo nuestro Padre. No seáis tímidos en callar, sino proclamad la gloria del Señor y proclamad la gloria de su venida. Será una venida de gran amor y esperanza para sus hijos".