"Mi querido hijo, que la misericordia de mi amor se derrame hoy en tu corazón y en tu alma".

'Mi señor, le agradezco que me haya traído a la noche'.

Ya es temprano por la mañana, cuando la media luna casi ilumina el cielo despejado a su alrededor y luego se desvanece en la oscuridad distante sobre el océano con una estrella prominente que brilla en el horizonte. Es la estrella que necesitaba ver.

'Como tú lo sabes todo, mi Señor, y conoces mi corazón, y eso me da alegría. Por eso te doy gracias. Guíame en tu misericordia'.

"Hijo mío, te guiaré en mi amor cada día y te elevarás dentro de mi corazón de gloria mientras continúes siguiéndome y creciendo en la fuerza de mi palabra y al hacerlo en la fuerza del don de la fe. Todas las cosas creadas fueron y son para mi gloria, hijo mío".

'Mi Señor, el agua se mueve con una cresta de ondas y la gloria de la luz nocturna refleja su belleza más oscura por las luces del edificio que forman un camino de luz sobre el agua. Hay un rayo de luz distinto que es fuerte y refleja el agua como cristales y diamantes. Es precioso".

"Mi hijo".

'Mi Señor, mis palabras no son suficientes.'

"Hijo mío, salen de tu corazón y son buenas, pues pronuncian mi gloria.

La humanidad está necesitada de mi amor. Procura vivir con rectitud y verdad siguiendo mi ejemplo, porque deseo llenar tu corazón de mi misericordia, limpiarte y purificarte cada día, para que tu corazón permanezca siempre en mí y conmigo, para que, unidos como uno solo, oremos por las necesidades de toda la humanidad.

Sí, hijo mío, el mundo está necesitado y el corazón eterno de mi esperanza está contigo que da esperanza a toda la humanidad".

'Señor, te pido un mayor don de esperanza de tal manera que venza cualquier temor y que pueda caminar por tu sendero con una mayor fuerza de tu luz dentro de mí'.

"Hijo mío, todo lo que debes hacer es venir a mí porque en cada momento que estamos juntos, con cada palabra que hablo a tu corazón, eres fortalecido para mi gloria para servir a mis hijos con esperanza".