JESÚS: Ven, cantemos juntos la alegría del amor de Dios en este día. Deja que tu corazón vuele en la paz del Espíritu Santo en un regalo para todas las almas que buscan la alegría y el amor de mi esperanza, porque cada palabra de Gregorio ofrecerá esperanza en cada circunstancia de sus vidas.

Sí, escribe, escribe para gloria de mi nombre, como he proclamado un buen día del Señor para todas las almas que desean buscarme. El amor es como un don, una gema de luces multifacéticas cuyos rayos atraviesan el alma con alegrías diversas y únicas. Incluso en el dolor, el amor es el camino y la senda hacia la luz de vivir en mi gloria eterna.

Deseo que termines tu trabajo y vuelvas a las montañas para retirarte y escribir. Te ayudaré a organizarlo todo. Te asistiré en mi misericordia y te guiaré en la alegría de mi amor. Que cada alma hable de mi amor. Que cada alma hable de esperanza en la misericordia de mi Cruz para guiarlos en la paz, la alegría de la paz, la alegría de saber que yo soy su Salvador. Escucha y llora por los pecados y la conversión de la humanidad. Procura hacer el bien en toda circunstancia de amor.

MARÍA: Sí, sí, escucha la gloria del corazón de mi hijo que brilla de amor por todo el mundo para gloria eterna de sus hijos y de nuestro Padre del cielo.

Debemos procurar mantenernos firmes en la fe cada día, orando siempre por una fe que mueva montañas de amor, pequeños milagros de vida y respuestas a las oraciones que den esperanza. Deja que tu corazón cante en la misericordia del amor de mi hijo por todas las almas. Quédate quieto y deja que Dios, sea Dios en tu vida, para conocer siempre la verdadera alegría de tenernos a los dos, al Redentor y a la madre de la humanidad al dar a luz a Jesús.

Ahora mantengámonos firmes y creamos en la fe de que todo se puede realizar por el bien eterno de mis hijos.

Reza pidiendo esperanza, valor y amor, la fuerza del amor en una fe más profunda. Debes rezar pidiendo fuerza cada día para resistir los ataques del maligno que siempre está presente. Escucha y canta al amor. Escucha y canta a la esperanza de su venida para unir el cielo y la tierra en la gloria, reinará la gloria del amor eterno. Será un canto glorioso.

Gregorio, ¿sientes la gloria, sientes el amor? Escucha y llora y te harás más humilde.

GREGORY: Sí, siento la gloria del amor dentro de mi alma que me eleva a un lugar llamado cielo, un lugar llamado gracia. Concédeme, querido Jesús, la humildad de un corazón abierto para cantar por siempre jamás en el amor.

JESÚS: Sí, escucha y canta con todos los ángeles y santos del cielo que han hecho mi voluntad y la voluntad de mi Padre de amar a todas las almas con gran alegría.

Estoy siempre presente para dar vida a toda alma necesitada de la esperanza de mi venida eterna.

Mis queridos, queridos hijos escuchad mis palabras porque cantan la alegría del amor para toda la eternidad.

Gregorio, deseo que descanses ahora. Permíteme sostenerte en mis brazos y llenarte con las luces doradas de las gracias del cielo que serán como un arrullo de esperanza llenando tu alma de fuerza y paz. Déjame llevarte donde ningún hombre ha viajado antes en el camino de la fe en el amor. Que tu corazón se llene del amor del Espíritu Santo.

Sí, descansa ahora mi pequeño Juan, a quien amo tanto. Tu corazón se elevará con gran alegría a la luz de mi amor eterno, concediéndote las gracias necesarias para volar como un pajarillo mientras duermes, tocando aún las almas con amor, aun cuando tu espíritu descanse.