Nuestro Señor dice ahora, "Hijo mío, mi amor por ti es grande y que el gozo de mi misericordia se derrame sobre todas las almas que desean recibirme.
En los ataques del enemigo que experimentaste anoche, estoy muy agradecido de que te hayas dirigido a mi corazón de misericordia para recibirme y purificar tu corazón de las tinieblas. Esto es para que se llene de la gloria de mi luz.
No se desanime tu corazón, sino alégrate por todo lo que estoy realizando en ti para santificar tu alma y que la gloria de mi amor se derrame sobre ti."
'Sí, Señor mío, consúmeme en la alegría de tu santo amor. Necesito la esperanza de tu misericordia cada día para fortalecerme y guiarme en tu camino de la santa luz, pues el menor pecado puede separar.'