"Señor mío, Dios mío, ¿de qué me sirve ganar el mundo entero si no es para perderte a ti?
Rezo para descansar ahora. Rezo para vivir en la esperanza de tu misericordia y de tu amor. Rezo para amarte sólo a ti, para caminar contigo en tu bondad y misericordia todos los días de mi vida, y eternamente, para estar presente ante tu trono en el cielo para siempre en el amor, para siempre en la esperanza de lo que es bueno, porque tu bondad es inconcebible".
"Hijo mío, ven a mí siempre con amor a recibirme porque deseo abrazarte entre mis brazos para siempre".
Guíame en la esperanza de tu bondad y de tu luz. Toma mi mano, tómala para siempre en tu amor'.
"Hijo mío déjame consumirte en mi amorosa misericordia y en la santa esperanza de mi Cruz que redime. Deseo esto para todos mis hijos.
Reza para que no me rechacen, reza con la esperanza de mi amor para siempre. Que tu vida sea una oración viva y actuante".