JESÚS: Mi querida hija, me alegro de que hayas venido a mí. Ruega por todas las almas en este día para que sus corazones se conviertan y conozcan la verdadera alegría de mi amor. Si uno realmente desea conocer la verdadera alegría, la encontrará en mi amor por todas las almas y buscará amarme sobre todas las cosas.
Siempre has luchado por amarme, por abandonarte completamente a mi amor. Tienes miedo de haber sido tan herida y Satanás sigue utilizando ese dolor contra ti. Deja tu pasado que no puedes cambiar. Suéltalo todo y ven a mí. Reza por la sanación de los recuerdos de tus pecados pasados para que esto no sea un obstáculo de orgullo para confiar en mí. Escucha la alegría de mi corazón que te llama a casa cada día. Escucha la alegría de mi amor como un don eterno de misericordia.
GREGORY: Jesús, me alegro de estar contigo.
JESÚS: Mi querida niña, ven y toma mi mano. Déjame darte lo que deseo. Todo lo que debes hacer es pedirlo.
GREGORY: Te pido que envíes al Arcángel Rafael para que esté conmigo guiando mis pasos como lo hizo con Tobit, caminando a mi lado diariamente.
Señor, escucha la oración de tu siervo, que cada día camine por la senda de tu amor y de tu misericordia. Que me guíes como deseas en el amor.
JESÚS: Mi querido hijo, permíteme animarte. Permíteme ser tu esperanza al no desanimarte. Permite que la luz de mi amor inunde tu alma. Descansa en estos días. Descansa en la alegría de mi amor. Busca sólo servirme. Busca que yo te guíe en todos los asuntos.
Deseo amarte siempre. Regocíjate, regocíjate en mi amor. Permíteme consumir tu corazón con las gracias del paraíso. Reza para ver como yo veo. Reza para que tu corazón se convierta diariamente en amor. Busca siempre una conversión de amor más profunda. Deja que tu corazón esté en paz. Reza y confía en mí para responder en la oración. Reza para que pase lo que pase a lo largo del día tu corazón se rinda aceptando que es mi voluntad y lo mejor para ti.
Confíame tu corazón y la alegría de mi santa voluntad. Entrégamelo todo, entrégamelo todo.
GREGORY: Ayúdame, querido Señor. Pido tu ayuda en toda circunstancia.
MARÍA: Descansa ahora, hija mía, descansa en el corazón de Jesús. Sabe que siempre te amaré. Ábreme tu corazón y deja que tu buena madre te guíe. Quédate quieta en la alegría de la oración al entregar tu corazón a mi amor. Deseo que salgas y vayas a las montañas a retirarte. Deja que tu corazón descanse allí pase lo que pase. Desde allí podrás trabajar y encontrarás la paz en la naturaleza del amor de mi hijo.
GREGORY: En nombre del amor, regalamos a todas las almas el amor, el don más grande que nos ha dado el sacrificio del Señor en la Cruz, la mayor esperanza y oración de la vida y para la vida. Abrimos nuestros corazones a la alegría eterna de su presencia.
JESÚS: Mi querido hijo, búscame a mí, mi corazón, en el amor siempre. Allí encontrarás la paz y las respuestas a tus oraciones.