Jesús dice, "Mi querida niña, ven a mí ahora, te he estado esperando".
Señor, te necesito mucho. Gracias por venir a mí en este momento'.
Ahora tengo una visión de Jesús. Está ante mí con las manos extendidas, la piel morena y todo lo que siento es un eterno e inmenso predominio del amor.
Ahora dice, "Ven entre mis brazos y deja que te llene de mis gracias y nuestros corazones, unidos.
Sí, hija mía, ayer soportaste una gran batalla que atravesaste con la perseverancia, la persistencia, de un gran amor. Lo harás siempre manteniendo tus ojos fijos en mí, porque Satanás desea confundir los pensamientos de mis hijos y extraviarlos de todas las maneras posibles, para que no cumplan mi voluntad.
Y es mi voluntad que estés en la Ciudad de México para entregar al corazón de la gente el gran amor de mi Cruz.
Sí, quédate quieto, muévete despacio. Pon tu corazón entre mis manos".
Sí, Señor, ayer fue difícil. Pero tú eres la victoria, y eres la gracia para los que eligen creer. Y yo creo, tengo fe, y te amo, Dios mío, te amo.
¿Qué haré hoy?
Nuestro Señor responde, "Cumplan con su compromiso de llamar a los necesitados y asistir al programa con Cecilia, así como apoyar a Pablo y su estreno cinematográfico".
'Sí, mi Señor, habrá muchas almas de fe allí'.
"Sí, hijo mío, estate quieto y sabe que yo soy Dios".