Nuestro Señor dice, "Hijo mío, que la gloria de la noche y las estrellas que brillan resplandecientes sobre la tierra, consuman tu corazón en mi amor, porque yo soy el amor. Y yo soy el que sacrifiqué mi vida y mi amor por la gloria y la salvación de mis hijos".
'Señor mío, abrázame desde tu Cruz, pues dijiste que lo menos que haces por tu hermano lo haces por mí. Que viva los años que me quedan de vida para ser consciente, para ser consciente en el amor y por el amor, con el fuego y el poder, la energía del Espíritu Santo que me guíe en el servicio a los demás'.
"Hijo mío, ven y toma mi mano, porque te estoy esperando".
Señor mío, Santa Catalina dijo: "Sé quien Dios te ha creado y harás arder el mundo". Que yo sea quien tú deseas y que el fuego de tu amor me lleve cada día a cumplir lo que es tu deseo'.