JESÚS: Estoy con vosotros y mi corazón sangra por los pecadores, sangra por los menos afortunados, que sufren y mueren por falta de caridad.
Yo soy la luz eterna en la oscuridad de toda desesperación. Estoy contigo y con los que necesitan mi misericordia para brillar a través de la santa luz de mi Cruz, a través del poder de la Sagrada Eucaristía, mi Precioso Cuerpo y Sangre para todas las almas. Toma mi mano y sé como la luz de un diamante que brilla desde la cima de la montaña. Toma mi mano y permíteme liberarte en la alegría de mi amor misericordioso.
GREGORY: Sí, te adoro. Quiero adorarte siempre. Tu mi amor estas dentro de mi corazon y tu mi amor siempre estaras conmigo para adorar los corazones de los demas con tu amor.
JESÚS: Toma mi mano y permíteme deleitarme con tu corazón. Eres mi querida, querida, niña. Yo te amo. Satanás quiere robarte de mi amor, tamizarte, pero no se lo permitiré. Ven y toma mi mano. Ven y permíteme amarte.
GREGORY: Estoy teniendo una visión de incendios.
Señor, tú eres todo bondad y eternidad. Rezo contra estas tormentas de tribulación. Padre, escucha mi oración por el bien de tus hijos. Jesús ha dicho que estas tormentas están destinadas a humillar a los orgullosos. Perdona nuestro orgullo y te ruego que tu misericordia se derrame sobre el mundo entero para traer la paz a nuestros corazones y que nos convirtamos cada día, la paz de tu fe, Padre querido y eterno.
Por favor, por favor, te lo ruego, habiendo soportado muchas de estas tormentas, ten piedad de tus hijos.
DIOS NUESTRO PADRE: Sí, hija mía, puedes presentar la visión y el mensaje del 12 de julio de 2004. Esto continuará testificando a los corazones de mis hijos que los amo y que mi único deseo es la vida eterna conmigo. No deseo otra cosa que esto, porque a través de mi amor y de la fe que les doy y que ellos pueden elegir recibir, pueden ser salvados de las manos de Satanás y de la condenación eterna. Deseo que todos los corazones oren por misericordia para la redención de sus almas y adoren el corazón de mi hijo, Jesús. A través del poder del Espíritu Santo, mi plan será revelado. Mi esperanza para mis hijos arderá como un fuego de amor por toda la tierra. No confiéis más en... Confiad sólo en que yo os libraré.