Mi querido Señor.
"Hijo mío, ven a mí".
Ahora estoy teniendo una visión de nuestro Cristo resucitado elevado, levitando en un cielo claro, azul de misericordia, con sus manos en alto en señal de esperanza y su Sagrado Corazón expuesto.
"Hijo mío, ven y recibe hoy mi amor. Permíteme ungirte con el poder de mi Espíritu, para que hables como yo hablo y oigas como yo oigo, y déjame prepararte para mostrarte la senda de mi camino.
Ve ahora y prepárate para cumplir los deseos de mi corazón, y no dejes que tu corazón se desanime ni permitas que el enemigo te coloque en un estado de esclavitud o estancamiento.
Continúa avanzando en mi amor y en la alegría de mi esperanza, y sé una luz, a través de mi luz, para tus hermanos y hermanas necesitados de compasión y misericordia. Necesitados de la fuerza que yo pueda darles y de la gloria de mi amor que los colma.
Sí, búsquenme con todo su corazón para que sus corazones sean colmados por mí".
Te amo, mi Señor. Te amo y te doy gracias por todo lo que me has dado'.
"Ven, hijo mío, porque deseo darte más a medida que tu corazón se abre a recibirme. A medida que tu corazón venga a mí con amor, sólo recibirás amor. Vive este día para la gloria de mi voluntad.
Sí, y alégrate de todo lo que te he dado".