Ahora tengo una visión de la Virgen. Está vestida de blanco y lleva un ramo de rosas amarillas y rojas que simbolizan la alegría y la felicidad del cielo, la alegría del amor. El corazón de María está en paz porque lleva en sí la luz eterna del cielo.
"Madre, ¿qué deseas?
Ella responde diciendo, "Deseo que me ames y que cada día recibas de mi corazón estas rosas de alegría y de esperanza para tu corazón, para que pueda unirte más estrechamente al corazón de mi hijo Jesús. Él será para ti todo lo que desees, porque él es amor y su amor todo lo consume y es eterno.
Descansa ahora y que tu corazón se regocije al ver todo lo que es bueno para dar testimonio de la pureza de mi amor por los demás en el nombre de mi hijo Jesús. Yo lo ofrecí como sacrificio por la gloria de la salvación y la voluntad de nuestro Padre.
La paz, y sólo la paz, viene de amar a Jesús".