Señor mío, te necesito y te amo. Que tu misericordia viva en mí y que me tomes como quieras en el santo amor de Dios, nuestro Padre, según su voluntad.

Sí, te ruego que la belleza de la abundancia de tu amor se derrame dentro de mi corazón para que pueda caminar en tu alegría y gloria, para que pueda descansar entre tus brazos, y para que puedas tomarme y sostenerme'.

Ahora estoy teniendo una visión de Jesús. Aparece ante mí. Parece tan humilde y amable y vestido de una manera gloriosa que está empobrecido. No lleva su habitual vestido blanco, sino lo que parece ser una combinación de lino y arpillera. Materiales de color natural que están superpuestos, uno formando la toga que es más oscura y el más claro formando un manto que está sobre él.

'Oh Señor mío, tómame, tómame como deseas en tu amor. Guíame'.

"Hijo mío, me visto y aparezco para llevarte de viaje".

Sí, mi amor, tómame como desees. ¿A dónde vamos, mi Señor?

"Hacia la luz, hijo mío. Y cada camino te llevará y te colmará en mi amor. Ven y deja que te lleve. Hijo mío, estoy contigo y te agradezco que hayas venido a mí".

Guíame como quieras, mi amor y mi Señor, acógeme entre tus brazos para siempre. Cumple en mí la llamada y las promesas de amor que me hiciste hace ahora 33 años.

¿Puedo cantar contigo? Y que nos elevemos en gloria para nuestro Padre'.

Ahora estoy teniendo la visión final de hermosos pajaritos amarillos, dulces y humildes, cantando en vuelo. Y sólo siento alegría. Sí, sólo alegría.

'Te amo, mi Señor, te amo'.