El Salmo 46 dice: "Estad quietos y sabed que yo soy Dios. Seré ensalzado entre las naciones, y seré exaltado en la tierra"'.

Ahora tengo una visión de nuestro Señor. Está apareciendo ante mí como nuestro Cristo resucitado, con los brazos extendidos a lo ancho de su costado y las manos hacia el cielo.

Mi Señor.

"Hijo mío, descansa hoy en mi corazón y que la gloria de mi amor te llene a ti y a toda la tierra, por mis hijos necesitados de mi misericordia".

'Sí, oh santa y eterna gloria de la luz, llénanos de tu luz y llévanos a nuevas alturas de amor como tú deseas. Llévanos a nuevas alturas de esperanza.

Sí, mi Señor. Puedo sentirte en mí y a mi alrededor. Lléname de tu esperanza y me regocijo en ti. En Mateo 11, dijiste: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar".

Tú eres el descanso eterno del mundo. Tú eres la paz eterna, Príncipe de la Paz para todos tus hijos'.

"Sí, hijo mío, deseo la paz para los corazones de mis hijos. Sólo deseo amor. Entrégame tu corazón y déjame llevarte como deseo".

Sí, mi Señor, llévame, llévame. Iré adonde tú me guíes'.