JESÚS: Yo soy la luz eterna de todas las almas. Ábreme tu corazón y permíteme llenarte y consumirte con la gloria de mi amor. Ven y toma mi mano y te guiaré como desees.

GREGORY: Mi Señor, como lo deseo por fe, ¿es correcto?

JESÚS: Sí, hija mía, la fe es necesaria y principal para que yo te guíe. Toma mi mano y te guiaré por la fe. Toma mi mano y cantaré contigo un nuevo comienzo.

GREGORY: Señor, ayúdame a comprender tu voluntad. Ayúdame a crecer a la luz de tu presencia.

JESÚS: Toma mi mano y yo te guiaré. Soy la luz eterna de todas las almas.

GREGORY: Ahora tengo una visión de la Virgen. Está vestida de blanco y lleva un rosario de rosas.

MARÍA: Mi querido hijo, Jesús es el camino a la vida. El te conducirá como quiere a través de esta prueba tan difícil. Yo estoy siempre presente para recibirte, pero tú debes humillarte más al don del amor que te permitirá llenarte de la luz de mi hijo Jesús, de mi Corazón Inmaculado y de la paz de la presencia de mi hijo. Sabed que estamos con vosotros en este momento para confiar vuestro corazón a nuestro amor.

Descansa ahora y reza el rosario. Toma mi mano y te guiaré en el amor. El amor te guiará, el amor te mostrará el camino hacia la paz y la alegría de la misericordia de mi hijo.

¿Nos dejarás amarte? Corre a mis brazos como un niño pequeño. Corre a la paz de los brazos de mi hijo.