"Mi querido hijo, canta hoy una nueva canción. Canta la gloria de mi amor eterno, que es esperanza para mis hijos.
Sí, canta a mi misericordia y a todo lo que es bueno.
Sí, déjame llevarte en la santa esperanza y alegría de mi amor a mayores alturas para elevar tu alma y darte paz para que puedas ser un alegre instrumento de paz para los demás.
Sí, soy un Dios de alegría. Soy un Dios de misericordia y de esperanza. Que la luz eterna de mi esperanza reine en ti y te guíe según mi Espíritu entre mis brazos cada día.
Te quiero. Te amo y nunca te abandonaré. Sé valiente y audaz al orar para que el Espíritu Santo te eleve y puedas dar pasos cada día para promover la gloria de mi voluntad y cada pensamiento, acción y obra según el amor de mi corazón."