"Hijo mío, el mundo está necesitado de mi esperanza misericordiosa para perdonarlos y redimirlos de todos los pecados cometidos contra el corazón eterno de mi Padre y el trono del cielo que reinará eternamente para su gloria.
Sí, cuando uno peca, no sólo ofende mi corazón y el corazón de mi Padre al negar al Espíritu Santo, sino que también ofende el trono de la gloria del Cielo. Niegan la verdad y el poder de la luz que deseo ofrecerles.
Yo soy el camino, yo soy la verdad y yo soy la luz, y las tinieblas no tienen poder sobre la luz de mi Santa Cruz que redime mediante mi sacrificio de amor misericordioso.
Estad quietos y sabed que yo soy Dios. Quédate quieto y que mi corazón reine en tu corazón y en los corazones de mis hijos que me eligen como su Salvador."