Nuestro Señor dice ahora, "Mi querido hijo, ven a mí, ven y recibe mi santo amor dentro de tu corazón".
Señor mío, te doy gracias por la belleza de la vida, por el don del milagro de la vida en este día que llena mi corazón con tu Espíritu y me lleva al abrazo de tus brazos. Te doy gracias por el agua que se mueve con la brisa del sol como torrentes de diamantes. Puedo ver y sentir tu presencia en todas las cosas, el toque de tu mano de tu poderosa gloria.
Tómame, mi Señor. Tómame como desees'.
Jesús continúa, "Hija mía, sólo deseo que me recibas, pues cuanto más lo hagas, crecerás en tu amor por mí y en mi amor por ti.
Tantas almas están separadas de mi amor y viven solas y temerosas, desesperadas dentro de sus corazones.
Pero cuanto más me busques, más me encontrarás, pues hoy esperaba que vinieras a mí y te agradezco que lo hagas por amor a tu Salvador".
'Oh, Salvador mío, tómame, tómame para que pueda recibir todas las cosas buenas en tu amor'.