"Hijo mío, es bueno que hayas venido a mí. Que sepas que estoy cumpliendo esta obra en la verdad y en la alegría del amor que siento por mi pueblo. No dejes que tu corazón se sienta abrumado, sino quédate quieto en oración y búscame en la gloria de mi amor cada día para que llene tu corazón.

Sé que estás cansado y que el enemigo intenta tentarte para que te alejes sin creerme ni recibirme. Quiere que busques falsa gloria en el camino que tienes por delante, para cumplir tu propia voluntad y tu propia vida, no mi voluntad, hijo mío, no para la vida eterna ni para la salvación de las almas."

'Señor mío, no quiero nada para mi vida, excepto amarte'.

"Hijo mío, con calma y paz, cumple mis pasos".

Sí, mi Señor.

"Hijo mío, sigue dejándote guiar por mí para salir entre los corazones de la gente. Recíbeme cada día como yo deseo, y descansa en mi amor. Descansa en la santa gloria de mi Cruz. Descansa en mi sacrificio de misericordia por tu corazón y por las almas.

'Señor, estoy muy agradecido por tus palabras'.

"Sí, hijo mío."

Me he sentido abrumado por muchas cosas y he estado buscando descansar. Pero, como me has dicho, el tiempo de descansar ha terminado'.

"Sí, hijo mío, el enemigo quiere confundir el descanso físico con el descanso en mí. Yo te he hecho fuerte y te he dado salud. Y sí, es importante descansar durmiendo. Pero lo más importante es que descanses en mí".

'Mi Señor, no quiero descuidar ninguna de mis responsabilidades'.

"Que sepas, hijo mío, que lo más importante es que me recibas y realices esta obra como yo deseo. Eres humano y te estoy perfeccionando en tu humanidad. No todo lo que hagas será perfecto, hijo mío, ni en el tiempo perfecto. Pero, estando a mi lado, esta obra será perfeccionada.

Sí, descansa ahora y cree y confía en mí. No sientas ansiedad ni miedo.

Hoy es domingo, hijo mío. Es el día de descanso según mis mandamientos. Descansa en mí".

Señor mío, confío en ti y en tu misericordia. Oh santa luz, Espíritu de Amor, consume mi alma; tómame como quieras'.