"Mi querido hijo, permíteme guiarte en la alegría de mi amor".

Ahora tengo una visión de Jesús vestido de blanco. Es nuestro Señor de la Resurrección con sus manos levantadas al cielo mientras levita en un hermoso cielo azul. Aparece en su gloria sobre el mundo en su amor por todas las almas.

"Ven hijo mío."

'Jesús, te reclamo como mío'.

"Por mi gloria y mi esperanza y que la luz eterna de mi amor te muestre el camino. Yo estoy siempre con vosotros y nunca os abandonaré, pues mi amor es para todos. ¿Cuándo aprenderá la humanidad que el único camino es amándome a mí su Dios, la Santísima Trinidad, tres en uno, para la perfección de toda la creación?

Sí, mi Padre creó todas las cosas en su gloria y yo te he conducido a este lugar dentro de este jardín creado por manos de amor para que recibas mi Espíritu dentro de tu corazón para guiarte y fortalecerte en este día y para que mi voz de misericordia te guíe.

Te quiero, hijo mío, te quiero".