Señor mío, sí, llévame, como tú quieres, a nuevas alturas de amor, para que pueda ver más allá de las tinieblas, hacia la santa luz que vence todo mal, por tu bondad y tu misericordia'.

"Hijo mío, permíteme llenarte del amor eterno de mi misericordia que es esperanza para mis hijos para traerles la paz. Todo acto de amor es un acto de vida que da una vida renovada al alma.

Sí, hijo mío, el amor, la compasión, los actos de misericordia y caridad conducen a un alma en la práctica de vivir en la luz y realizar el amor cada día. Que tu corazón venga a mí para cantar una nueva canción con el aroma de la gloria del amor que sube al cielo hasta el trono de mi Padre. Que dice: ningún hombre será retenido por la esclavitud de las tinieblas cuando elija vivir en la libertad de la luz. Oh hijo mío".

'Oh Señor mío, tómame como deseas en el cielo para ser testigo en la tierra de tu gloria. Que mi corazón se renueve con alegría de niño cada día, en cada palabra que me digas como si fuera la primera del principio, hace treinta y tres años. Que cada palabra sea un consuelo, una alegría y una esperanza, no sólo para mi corazón sino para los corazones de mis hermanos y hermanas que necesitan tanto amor.

Lléname de los dones de la fe, la esperanza y el amor y de los frutos de tu Espíritu.

Te doy gracias, amor mío, y que me lleves como deseas dentro del abismo de tu Sagrado Corazón. Cada día renueva, renueva, restaura, redime mi alma, mi corazón para tu gloria'.