Jesús: Siempre estoy contigo y te amo. Permíteme animarte con el don de mi palabra. Permíteme compartir contigo el don de mi misericordia y mi amor. Confía en todo lo que te doy, porque es para tu bien.
Gregory: Jesús, ayúdame con esta prueba presente.
Jesús: Siempre estoy aquí para ayudarte, pero no debes negar mi voz. Debes escuchar el don de mi palabra con silencio interminable y gratitud por todo lo que se te ha dado.
Yo estoy siempre contigo. Soy la luz de toda la eternidad. Puedo hacer todas las cosas con el susurro de mi palabra, y mi voz puede anunciar a las naciones que vengan a postrarse ante mí. ¿Crees que no puedo resolver un simple problema, que parece más grande de lo que es?
Comparto tu sufrimiento y el de todos mis hijos. No temas el don de mi palabra porque creas que no estás tomando las decisiones correctas para servirme. Yo te guiaré en todo lo que hagas para preparar el camino de mi venida.
Conozco tu corazón y todas tus necesidades. Sé que echas de menos a tu padre y que te sientes solo. Tu madre no es capaz de tomar decisiones que te apoyen, pero yo te mostraré el camino para cumplir mi promesa. Yo te enseñaré el camino.