Ahora estoy teniendo una visión de Jesús. Aparece en la Cruz ante mí. Está sufriendo y su cuerpo está cubierto de sangre, magulladuras y laceraciones.

Mi Señor.

Dice, "Hijo mío, he venido a descansar ante ti en mi Cruz, pues sigo sufriendo por los pecados y el rechazo de la humanidad. Deseo descansar ante ti para que me consuele tu amor al saber que tu amor por mí es una alegría.

Y deseo que meditéis sobre la alegría de mi nacimiento en este segundo domingo de Adviento. Pero también deseo que meditéis sobre mi sufrimiento. Venid a abrazarme en mi Santa Cruz".

'Mi Señor, te amo, te amo'.

"Hijo mío, continúa dando tu corazón a mis hijos. Y al hacerlo, les estarás dando mi corazón, mi Sagrado Corazón de amor, a través de amarlos y amarme sólo a mí, Yo en ellos. Porque amo entrañablemente a cada uno de mis hijos.

Que la gloria de esta noche brille a través de la luna y las estrellas de la esperanza eterna. Porque en mi nacimiento y en mi pasión vine a dar sólo amor. Yo, el Verbo hecho carne, sólo soy amor: divino, puro y verdadero.

Que cantes conmigo una nueva canción de amor. Canta, hija mía, canta mi gloria y di a mis hijos que ya voy. Alégrate, regocíjate en mí y gracias por ofrecerme tu corazón".