El Salmo 27 dice: "Espera en el Señor, ten ánimo y él fortalecerá tu corazón. Espera, digo, espera en el Señor". Oh Señor mío, fortalece mi corazón con la pureza y la luz de tu amor. Renueva mi valor para ser audaz y permanecer a la luz de todo lo que es bueno, para permanecer a la luz de tu Cruz y de tu santo sacrificio que nos redime'.
Jesús dice, "Mi querida niña."
Aparece ante mí en su gloria, vestido de blanco, con el cielo nocturno a sus espaldas, los brazos extendidos de este a oeste. Porque nada se pierde en él. Si lo buscamos, lo encontraremos. Y cada día nos hará nuevos en su amor. Ahora expone su Sagrado Corazón, como tantas veces lo hace desde la Santa Cruz sobre el altar.
Ven, mi Señor.
"Sí, hijo mío, abro mis brazos y mi corazón a todos mis hijos. Espera en mí, hijo mío, y alégrate. Tu fe no está en el hombre, tu fe está en mí en toda circunstancia".
Que mi fe esté en ti. Te amo, Señor mío, y busco que tu rostro brille para siempre sobre mí'.