"Mi querido hijo, no hay poder en este mundo más grande que mi poder de la luz sobre las tinieblas y el orgullo de los hombres que creen que cumplen todas las cosas según la gloria de su propia voluntad. Un día, en el día del juicio, responderán ante Dios, nuestro Padre, dando cuenta de sus acciones orgullosas al propagar semillas de las tinieblas, no de la luz.
Yo soy tu Majestad y tu Rey, tu Príncipe de Paz. Estoy proclamando mi gloria a través de mi amor misericordioso para decirte, arrepiéntete, deja que tu corazón sea sanado y limpiado de toda oscuridad y pecado, para que puedas vivir en la luz y recibir el gran regalo de la salvación en mi amor por ti.
Escuchad mi corazón, porque sólo habla de amor en mi llamada a vuestros corazones para satisfacer vuestras necesidades y vuestros deseos según la voluntad de mi Padre en todo lo que será mejor, en todo lo que es bueno, para vuestras vidas.
Escuchad y arrepentíos. Escuchad y regocijaos en el abundante poder de mi misericordia y compasión para limpiar y sanar vuestras almas".