'Señor, te ruego que fijes mis pensamientos en ti'.
"Sí, hijo mío, mantén tu corazón y tu mente fijos en mí para que conozcas el camino de la verdad y sigas el camino de la vida. He venido a liberar a los cautivos para que la humanidad no viva en las tinieblas, sino que viva y elija vivir cada día a la luz del bien.
Estoy llamando a cada uno de mis hijos a vivir en la alegría y la verdad de la luz que sólo beneficiará a sus almas, y serán fructíferos y alegres para vivir en paz.
Hijo mío, mi corazón clama en misericordia para que mis hijos vengan a mí como almas pródigas que buscan cada día el amor de su Salvador."
Sí, Señor mío, que tú, nuestro eterno pastor, nos conduzcas con tu misericordia y esperanza a la bondad de tu corazón.
Sí, guíanos en tu amor'.