Jesús: Mi corazón irradia un amor dorado por mi pueblo. Deseo compartir con ellos el mensaje de mi amor que vengo. Muchas almas me niegan. Ellas son la causa de mi dolor. Sin embargo, yo soy su esperanza. Amo entrañablemente a todos mis hijos.

Mi Padre desea difundir mi mensaje de amor por todo el mundo y tú debes ser obediente para hacerlo. Prepara tu corazón a través de la oración. La oración te ayudará a profundizar tu fe a través de mí.

Soy tu Salvador resucitado y te llamo a casa, a la paz. Vive en la paz que Yo deseo. Vive en el amor que te he llamado a vivir. Deja que tu corazón cante mis gracias eternas dentro de tu alma para los demás.

No os desaniméis, sino tened esperanza en la luz de mi venida. Mi venida producirá los frutos de la cosecha eterna en todo el mundo.

Yo soy la Hostia eterna y siempre Viva. Soy yo quien llama a los océanos para que se conviertan en aguas tranquilas. Soy yo quien proclama la belleza del amor de mi Padre por toda la humanidad. Deja que tu corazón hable de la belleza de mi amor por los demás en todo el mundo. Deja que tu corazón hable de mi gloria para gloria de mi Padre.

Yo soy Jesús, el Cordero de Dios, vine y volveré a venir para anunciar la buena nueva de las palabras siempre vivas de la justicia. La paz reinará en los corazones de quienes deseen servir a mi voluntad.

Canta hija mía, canta porque tu Salvador viene a traer buenas nuevas a los que están cansados y oprimidos, y han vivido para servir a la belleza de mi voluntad. Ya no llorarán, sino que gritarán al cielo por la gloria de mi Padre.

Gregory: Tengo una visión de Jesús que desciende del cielo. Parece tan tierno y tiene en sus brazos un corderito blanco. A la derecha de Jesús hay un león que va y viene gruñendo.

Es una hermosa visión de la misericordia y la justicia.

Jesús: Deja que tu corazón cante. Que cante mi misericordia y mi justicia para todas las almas. No seas como un pequeño león, que se esconde al lado de su madre. Mantente firme y erguido con el Cordero de la Misericordia entre tus manos.

Gregory: Jesús, me siento cansado y alegre.

Jesús: Descansa tu corazón sobre mi corazón y permite que la belleza de mi misericordia llene tu alma. Todo lo que deseo es que escribas, que me recibas y estés en unión conmigo. No te preocupes por los demás ni por los detalles de tu ministerio. Yo soy tu ministerio. Yo soy tu luz. Sin mí, no puedes hacer nada. Mantén tus ojos fijos en el Cordero y te convertirás en un león de justicia.

No dejes que nadie te influya o te guíe, si no es a través de mí. Te permitiré sentir mi presencia en ellos.