Jesús, en Juan 15:5 dice: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, ése es el que da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer". Señor mío, Señor mío, separado de ti nada puedo hacer. Porque en ti están todas las cosas gloriosas y verdaderas".
"Sí, hijo mío, es a través de mí, y sólo a través de mí, que cumplirás esta obra. Yo inspiraré y guiaré a otros hacia ti. Pero es a través de mí que mis palabras serán recibidas y cumplidas en honor y gloria para mi Padre."
'Sí, Señor mío, pues en 2 Corintios se proclama, como está escrito: "Lo que ningún hombre ha visto, ni oído oído, ni corazón de hombre imagina, lo que Dios ha preparado para los que le aman." Señor mío, acógeme como deseo tuyo dentro del amor eterno de tu corazón y guíame en el gozo de tu misericordia.'
"Hijo mío, recíbeme cada día en tu corazón y que la gloria de mi amor te guíe".
'Señor mío, todas las cosas se cumplen para tu gloria y la Escritura es verdadera en lo que has preparado para los que te aman. Y una sola cosa te pido, Señor mío, que te busque, que habite en tu casa todos los días de mi vida, Señor mío, para contemplar tu hermosura como sé que ahora sólo la vislumbro.'
"Te amo, hija mía, te amo. Ven ahora, déjame tomarte como deseo".